Sería una tarea enorme comentar todas las películas del Santo ‘El Enmascarado de Plata’, pero puedo irme ocupando de algunas. Para quienes no lo sepan, aquí un poco de cultura general muchachos. El Santo fue un mítico luchador mexicano que hizo más de cincuenta películas, las más populares durante los años sesenta y setenta del siglo pasado, que para la generación Z es tan lejano como la Constelación de Orión. Entre esos títulos tenemos: Santo contra los zombis, Santo contra las mujeres vampiro, Santo contra el doctor muerte. Hay otras películas que me hubiera gustado que hiciera como: Santo contra el director de mi escuela, Santo vs. el colesterol alto y Santo contra el fantasma de mi ex novia. Si esta introducción no ha conseguido despertar el interés del lector por algo que sucedió hace mucho, puede disfrutar de este video en el que el Santo se enfrenta al luchador Espanto. La imagen es en blanco y negro y parece que el material fue grabado hace mil años, pero el valor y entrega del Santo son indiscutibles. La primera película que se me ocurre reseñar es Santo y el mundo de los muertos (1970). Empecemos.

Remóntese querido lector a la época del Virreinato de la Nueva España durante la colonia, territorio que en la actualidad se conoce como México. En ese momento la Iglesia Católica había implementado a la Santa Inquisición para que se encargue de perseguir a todos aquellos que, supuestamente, practicaban la brujería para castigarlos con una serie de torturas similares a lo que le hace el señor de la parrilla de la esquina de mi casa a los pollos: que los decapita, que los despluma, que los trocea, que los baña en aceite hirviendo, que los sirve en cuartos con papas salteadas y una hoja de lechuga y dos rodajas de tomate. En la película el Santo trabaja para la Inquisición y va a su trabajo con su máscara y mallas color de plata, capa de terciopelo rojo, botas blancas hasta la rodilla y espada al cinto. Todo un carnaval multicolor para una época siniestra.

En esas circunstancias a nuestro héroe se le encomienda que detenga a la bruja Damiana, quien ha convocado en un cementerio a una pandilla de espectros para que la ayuden con sus maldades, entre ellos el antagonista del Santo: Blue Demon. Hay que valorar que la bruja Damiana, que luce una cabellera propia de quien ha sido atropellado y arrastrado varias cuadras por un bus escolar, sabe organizar unos aquelarres muy divertidos a los que aparte de los espectros también asisten hippies, ropavejeros y algunos trasnochados que parecen salidos de una fiesta del Día de Brujas.

Tras el enfrentamiento con el Santo, la bruja Damiana es derrotada, pero consigue reencarnarse en el año 1970 poseyendo a la prometida del heroíco luchador y trayendo de vuelta a Blue Demon. El resultado de esta diabólica conspiración es que el Santo termina apuñalado en el pecho durante una de sus peleas en la Arena México. Al Santo se lo llevan en ambulancia a la clínica donde le practican una cirugía a corazón abierto, que se asemeja mucho a lo que el señor carnicero le hace a las tripas de la vaca antes de ponerlas a la venta en su puesto en el mercado de la Ciudad Primavera, donde vivo yo. En caso de que el lector sea del tipo sensible no le recomiendo ver esta cirugía en la que se aprecia al corazón de nuestro héroe palpitando en carne viva. Tampoco es recomendable hacerlo en la sala de cine mientras se devora un hot dog que rebosa salsa de tomate y mayonesa.

Ya repuesto de su cirugía, el Santo es nuevamente emboscado en la sala de su casa por los espectros enviados por Damina. La batalla se puede resumir en algunas técnicas clásicas de la lucha libre. Que viene una doble nelson, que va una patada voladora, que viene un manotazo en la cara, que aterriza una silla en la cabeza del contendor, que el Santo responde con una ‘crucifix ambar’. ¿Qué que es eso? Sencillo y fácil de entender, de acuerdo a la Wikipedia:

“En esta variante del cross armbar, el usuario se sitúa en perpendicular a un oponente boca arriba y agarra su brazo, sujetándolo con los suyos. Entonces, sin soltarlo, el usuario apresa el brazo con las piernas y las pasa por detrás de la cabeza del oponente, sujetando el otro brazo del rival con ellas para formar algo similar a un crucifix pin. Desde esa posición, el luchador tira del brazo apresado mientras empuja con las piernas para causar dolor en la articulación del brazo y el hombro”

Y llegamos así a la secuencia final de la película en la que el Santo es enviado al infierno con su prometida por una trampa de la bruja Daminana. Todo es sulfúrico ahí y tiene una bruma roja espectral. La pareja no halla la salida, mientras se acaba el tiempo antes del que el portal de escape se cierre por siempre. Por buena fortuna y la solidaridad entre miembros del sindicato de luchadores, aparece Blue Demon arrepentido y se ofrece a ayudar a los novios a salir del infierno, que empieza a parecerse a un atrancón en hora pico en la Ciudad Primavera. Una vez repuesto el orden los dos se dirigen a una iglesia para casarse y adentrarse en otro infierno potencial llamado matrimonio.

Ya tendré otra oportunidad para visitar la filmografía del enmascarado de plata.

Hasta pronto,

E.M.A.