Espero tu respuesta muchas gracias.

La opinión del Mecánico:

En la situación que me has descrito tu pareja está maniatada debido a que tiene dos relaciones simultáneas y es notorio que ya no tiene capacidad de decisión. Esto obviamente te perjudica, como ya lo intuyes, y te sientes atrapada.

Un desenlace a esto que ahora vives y es doloroso puede darse porque la otra chica se entere de lo que sucede. Supongo que aparte de lo que has vivido, no quieres sufrir un nuevo incidente cuyas consecuencias pueden lastimarte más.

En este punto quizás es preferible que te apartes de este hombre. Eso puede que lo haga reaccionar o no, pero eso no es lo importante, sino tu estabilidad y tranquilidad interior. Ahora no conviene que te sigas castigando por haber permitido lo que sucedió, pues lo hiciste siguiendo tus sentimientos. Lo principal es que recobres un espacio para sanarte y volver a tener claridad para actuar.

Gracias por compartir tu historia,

E.M.A.

Hola Mecánico!

Tengo un amigo y lo conozco un poco más de un año. La cosa es que yo le gusté desde que me conoció. Nunca me lo dijo, pero era muy obvio y mis amigas me lo afirmaron también. Sin embargo, yo no sentía nada por él, además que empecé a salir con otro chico.

Pero al pasar el tiempo, tuve problemas con el chico que estaba saliendo y justo me habla mi amigo y, bueno, yo le conté todo. Así fue por un tiempo y, cuando terminé los planes con mi (novio) saliente, me di cuenta que me gustaba mi amigo.

Hablábamos casi todos los días y me di cuenta que la atracción era mutua, pero ninguno de los dos decía nada. Yo soy muy mala para expresar mis sentimientos y él la verdad también. Bueno, a fines del año pasado, me enteré que se me iba a declarar en una fiesta, pero no lo hizo porque me fui temprano. Seguimos hablando como siempre y, a las dos semanas de eso, me entero por medio de mis amigas que empezó a salir con otra chica, lo cual me sorprendió y dolió bastante.

A inicios de año tuvimos una reunión donde me pasé de tragos y mis amigas me contaron luego que en voz alta había dicho todo lo que sentía por mi amigo y que él, al escucharme, también me había dicho lo que sentía por mí todo este tiempo, solo que no me acuerdo nada.

Luego de la fiesta, él empezó a hablarme más, me llamaba y hablábamos por horas, pero él no mencionaba lo que había pasado entre nosotros en la fiesta, aunque sí me daba referencias que quería que me acuerde de lo que había pasado, y cuando hacíamos llamadas grupales, él mencionaba que hubo un “beso” en esa fiesta, pero que ya no importaba, y era obvio que se refería a mí.

En todas nuestras conversaciones, él jamás me habla sobre la chica con la que está saliendo, no me cuenta esas cosas que, como amigos, creo que es normal que se cuenten. Además, a pesar de que ahora no hablamos tan seguido como antes, me trata super lindo y diferente a cómo trata a sus demás amigas.

A veces me dice “pequeña” o “linda”, y eso me confunde porque no sé si aún siente algo por mí o es solo un buen amigo. Aún me sigue gustando, pero no sé si él aún siente algo por mí y me pone mal que me trate tan bien sabiendo que está con alguien más, y lo peor que ni siquiera me cuenta sobre ella.

¡Ayúdame por favor, y gracias!

La opinión del Mecánico:

En base a lo que me has compartido puedo concluir que con tu amigo se gustan. Esto ya lo sientes y él también.  Negar esta situación es como darle las espaldas la relación de ultratumba que existía entre Ankhesenamon e Imhotep, allá en el antiguo Egipto (sí ya sé que tu y tu amigo no tienen nombres tan complicados y que el “antiguo Egipto” suena a un lugar polvoriento, pero el amor no conoce fronteras de tiempo o geografía).

Me parece que si bien tú le gustas a tu amigo, aquí entran en juego otros factores. Por una parte, está la timidez, que es más antigua que el antiguo Egipto y que quizás hace que a tu amigo se le complique decirte las cosas de forma directa (para eso le recomiendo a él los talleres para superar la timidez del Hombre Impermeable).

Pero hay un elemento más poderoso aún: que tal vez tu amigo tiene miedo que lo rechaces, como ya sucedió, de forma indirecta,  cuando tú decidiste estar con otro chico. Eso ya pasó, ahora te sientes diferente respecto de tu amigo, pero, si te pones en la posición de él, hay un episodio de rechazo previo con el que tiene que lidiar dentro de su cabeza.

Lo que también le puede estar pasando a tu amigo es que se siente encerrado en una situación en la que, aparte de lo que he explicado, tiene una novia de la que no sabe como zafarse, pues el muchacho tiene rollos para decir qué mismo quiere. Viendo las cosas desde su ángulo, puede que su cabeza sea un torbellino de ideas muy agitado por lo que siente por ti. 

Es notorio que a tu amigo está trabado. En este punto no conviene que lo juzgues o te enojes con él porque no va a ayudar, al menos si lo que quieres es estar con él. Es cierto que te cuesta abrirte y expresar tus sentimientos, pero en este caso te corresponde la tarea de crear las condiciones para que ustedes tengan una conversación franca y amable.

Si ustedes pueden hacer a un lado a la ansiedad, mandándola a sentar a una esquina, entonces una nueva posibilidad se puede abrir. Serénate y mira que pasa. Se nota que los dos están nerviosos, pero tal vez él más, entonces en esta ocasión es tu turno para hacer el esfuerzo adicional.

Gracias, (como siempre), por la confianza.

E.M.A.

Allá por el año de gracia de 2010, cuando nació este blog que asiste a quienes tienen interés sobre los asuntos de los amores de toda calaña y, claro, tratan de enfrentar las cosas con sentido del humor, recibí una de las primeras consultas acerca de una chica que consideraba que una de sus amigas  era una “mal llevada”.  La publicación original la pueden leer aquí:

http://www.elmecanicodelamor.com/mal-llevada/

Hace unos días alguien me escribió en referencia a ese material. Y este fue el mensaje:

La consulta:

Al momento me dicen: “Vos sos una mal llevada”.  ¿Qué me quieren decir? ¿Es malo o bueno?

La opinión del Mecánico:

Querida consultante:

El primer pensamiento que se me vino a la cabeza cuando leí tu consulta, fue preguntarte: ¿Y te diviertes siendo mal llevada? Porque de ser la respuesta sí y esto no implica que: asaltas bancos puesta una máscara del Pato Donald; o planeas ataques informáticos para robar los datos de millones de clientes de una tarjeta de crédito; o quieres incendiar la casa de tu ex novio porque te fue infiel con Miss Tinder 2019; o te apetece hacer una rica sopa con las tripas de la gata de la vecina que no te deja dormir por la noches con sus maullidos; o te motiva ser parte del elenco del circo de Ricardo Arjona; te nace hacer una rica sopa con las tripas de tu ex novio por las razones antes expuestas, ¡entonces adelante!

El punto es que, si volvemos a los argumentos de mi publicación del 2010, una chica puede ser “mal llevada” por asuntos de autoestima, sea esta alta o baja, da lo mismo al final porque los extremos se terminan pareciendo. Es decir que alguien se obsesione con el chico equivocado porque este no le ofrece la importancia que el ego de esa persona cree merecer o, sencillamente, le gusta aquel tipo de relaciones que llevarían por título en la sección de clasificados del periódico de la Ciudad Primavera: “Sufridora busca su media naranja”. En cualquier caso, es difícil prevenir ese deseo de ser “mal llevada” porque responde a un asunto de auto percepción, personalidad y momento de la vida. Habiendo dicho esto, siempre cabe que aparezca alguien en tu vida que modifique esta tendencia de fijarse en la persona inadecuada. 

Con afecto dominical.

E.M.A.

Nunca me fui, pues siempre anduve cerca de un teclado que me dejo ingresar al teatro del Internet. Es cierto, sí, que mi timidez terminó por recluirme de alguna forma y evitó por un tiempo la redacción de esta lúcida bitácora que, ¡ojala!, todavía sea una brújula para los miembros del Club de los Corazones Accidentados.

Entonces: ¡He vuelto! Digo esto mientras por la afónicas bocinas de mi equipo de sonido suena con dulce agonía el tema de Vox Dei ‘¿Dónde has estado todo este tiempo?’.

Es un canción de añoranza por el ser amado ausente. En este caso me dedico la canción porque el ausente he sido yo. ¡Y que no se me acuse de narcisista o de algo peor! Este no es un gesto “selfie”. No hago esas cosas porque ni tengo celular inteligente y las fotos que existen de mí las hizo el fotógrafo ambulante del parque central de la Ciudad Primavera (de paso, el servicio ofrece la opción de hacerse la foto con sombrero de charro a horcajadas sobre lo que parecería un pony disecado que tiene la mirada fija, a la Bruce Lee, en algún punto del horizonte).

Que las puntas de mis dedos se re-encuentren con el teclado para alimentar este blog-atolón es una re-conciliación, como el samurái que toma el camino otra vez para buscar aventuras y “desfacer entuertos” a la D.O.N. Q.U.I.JO.T.E. ¡Ahí les voy otra vez para hallar el sendero que nunca debí abandonar! Valga añadir aquí un cliché de corte cinematográfico para expresar mi sentimiento de redención: E.M.A., es decir este servidor de ustedes, parado en medio de un callejón en la noche, cae de rodillas con los brazos abiertos, mirando primero al suelo y luego al cielo pidiendo perdón, mientras la lluvia lo despedaza todo. “¿Merezco el perdón del cosmos?” le grito al cielo. Un gato maulla hambriento y así responde de forma cruel a mi pregunta. Me desconcentro por unos instantes, recobro el efecto dramático y me respondo “¡Pues sí!”. Entonces, de inmediato, me declaro remido con otra imagen cliché: De repente aparece una multitud, de todas las edades y condiciones socioeconómicas, que me toma en brazos y me lleva como becerro de oro bíblico en procesión por las calles de la Ciudad Primavera (estando en hombros de gente de tan buen criterio, no puedo menos que corresponder esta devoción con una sonrisa de beato).

Mis amigos del barrio aún andan por ahí. Tampoco he dejado de verme con ellos para unos tragos excesivos las noches de los miércoles. Pronto sabrán de ellos. Hasta tanto Margarita, “La chica intermitente”, me ha pedido decirles que está cerca de ligar con un chico al que ella ha obsesionado por años con sus silencios y gestos enigmáticos, un chico que ha demostrado la constancia y la paciencia de una máquina para embotellar refrescos. De El Hombre Impermeable –E.H.I.- ya les contaré más detalles en breve, basta decir que ha montado una sastrería dirigida a todos los caballeros de la Ciudad Primavera “que gustan del buen vestir”. Finalmente, a Elchico D’lentes lo he visto con cierta frecuencia rondando la tienda de la esquina para comprar barras de chocolate con maní para acompañar sus lecturas frenéticas, pues se ha exacerbado su objetivo de saberlo todo, leyéndolo todo, lo cual no ayuda con el hecho de que todavía halla novia. El Hombre de Cro-Magnon ahora se gana unos pesos paseando perros a medio tiempo, que se sienten muy a gusto con él, quién sabe, quizás porque comparten greñas parecidas y ese algo bestial indefinible. ¿Les mencioné en que anda Camila “La Mujer Hipertextual”?, bueno eso lo dejo para cuando nos veamos la siguiente vez.

Aquí estoy y ya sabrán más de mí y lo que pienso de sus accidentes y travesías por las sinuosas carreteras del amor.

Hasta muy pronto. Con afecto,

E.M.A.