El Mecánico del Amor http://elmecanicodelamor.com El Mecánico del Amor Wed, 27 Jan 2021 04:08:34 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.5.3 91410103 Publicación especial a propósito del décimo aniversario de este inteligentísimo blog. http://elmecanicodelamor.com/2021/01/26/publicacion-especial-a-proposito-del-decimo-aniversario-de-este-inteligentisimo-blog/ http://elmecanicodelamor.com/2021/01/26/publicacion-especial-a-proposito-del-decimo-aniversario-de-este-inteligentisimo-blog/#respond Wed, 27 Jan 2021 04:08:34 +0000 http://www.elmecanicodelamor.com/?p=2621 Horror de ciencia ficción:

El caso de las momias insepultas en Marte

En 2020 elmecanicodelamor.com cumplió diez años de mantenerse a flote en Internet, medio de comunicación inmensísimo que no deja de sorprender y acumular mensajes misceláneos de todo calibre, los que a las futuras generaciones de mutantes que habitarán en este planeta en un par de siglos les valdrán dos rebanadas de queso rancio.

Aprecio que los queridos lectores se tomen su tiempo para leer en este blog artículos , en general sin fotos o imágenes,  escritos con sensibilidad, imaginación, tal vez algo de ensueño poético, altas dosis de escapismo y mucho barroquismo latinoamericano, en tiempos en los que la gente anda compartiendo fotos de la geografía de sus cuerpos con profusión de cavernosidades, selvas peludas (o selvas deforestadas a ras de suelo), obeliscos cárnicos que veloces se yerguen de la nada, colinas epidérmicas y todas esas extremidades inquietas que ahora han sido puestas en cuarentena. ¡En esta época la gente se toma fotos con la misma frecuencia con la que se rasca y bosteza!

No faltará la lectora voyerista o el internauta morboso que pida a gritos que publique imágenes de mi triste figura. Pero, ¿qué intimidades les puedo compartir para celebrar los diez años de este blog? El hecho es que para empezar ni sabría como conseguir que la cámara de mi tableta, tan inteligente como indiscreta, apunte a tal o cual lado. Por otra parte, me considero un fotógrafo amateur muy quisquilloso y exijo que la luz de las fotos sea la mejor, no esa iluminación lúgubre de ciertos autorretratos ilícitos que se hacen algunos amantes celulares, que pareciera sacada de un panteón a media noche.

Aunque ahora que lo pienso bien hay una foto que quisiera que miren. Es la primera que hizo la sonda espacial Viking 1 cuando aterrizó en Marte el 21 de julio de 1976 justo a la hora del almuerzo. Aquel lejano planeta, que en la foto ofrece un desierto como el de Sonora, no se ve muy hospitalario. Si los hedonistas, chupines y gozadores vieran esos parajes se harían preguntas del tipo ¿por qué mudarnos a ese ese rancho con temperaturas de hasta -50 grados que impiden un bronceado saludable en bikini, trotar descalzo por la arena rojiza de aquel lejano planeta, peor aún tomarse una piña colada al final de la tarde?

Si bien Marte no es el mejor destino de vacaciones para darse una pausa de estos tiempos, cuenta, de acuerdo a ciertos especialistas del tema OVNI, con unas pirámides milenarias que se pueden visitar sin problemas porque están abandonadas. Aunque el presupuesto no me alcanzaba para llegar a Marte, la imaginación sí. Entonces hice el tour marciano con algunas preguntas inevitables.

¿Hay ligues en otros planetas?  

Esa es una muy buena pregunta. La única manera de encontrarle una respuesta fue explorando las planicies heladas del planeta rojo, en el que por seguro se usaban aplicativos para concertar citas en algún momento del pasado, pero al momento parece que ya no. Para la expedición me preparé como es debido: poncho de alpaca, gorro, medias de lana, gruesa bufanda á la Harry Potter, gafas á la Ray Charles y botas de caucho por si llueve.  Y me acerqué a la pirámide más grande. Incursión de gran importancia para la humanidad en razón de que los ligues de forma presencial ahora están en remojo en el planeta Tierra hasta que haya vacuna.

Si hay solteros en Marte deben ser miembros de la Confederación Intergaláctica de Corazones Accidentados. De seguro en tal agrupación de hay una amplia gama para escoger pareja: criaturas con trompas de mosquito chupasangre que se sienten solas y van de cabaret en cabaret volador para ver qué encuentran; seres con cuatro dedos muy largos y reptilianos que ansían acariciar el rostro de su ser amado siempre y cuando este ser no salga corriendo espantado; mutantes con cara de roedores que, por obvias razones, no les gustaría relacionarse en la alcoba con mutantes con cabeza de gato; en fin.  

La pirámide me impresionó. Tenía una entrada en ruinas por la que ingresé siguiendo los designios de mi imprudencia. Al entrar escuché a lo lejos la tonada nostálgica de un saxofón intergaláctico. ¡Esas notas me sonaban familiares! Avancé unos metros más en la medida de la movilidad que me permitían el poncho de alpaca, la bufanda de Harry Potter y las botas de caucho que me estorbaban porque eran talla 44 y no 41, lo cual entorpecía la expedición sobremanera. Me caí, rodé por una galería polvorienta y el poncho quedó convertido en una porquería con toda la arena roja que había en el piso. No me importó. ¡Ah, esa tonada, casi la podía reconocer!

Caminé otros pasos y me tragó una trampa en el piso que me arrojó a una mazmorra intergaláctica amoblada con esqueletos de criaturas y vejestorios que no había visto antes: el esqueleto de Terminator VI; el esqueleto de Predator III; el esqueleto de Hulk; la momia de Imhotep; un pavo momificado que no fue horneado en la navidad de 1976; el recuerdo cristalizado de un amor imposible; y dos papagayos disecados ubicados como un cruel detalle decorativo para alegrar la catacumba. Mi expresión de asombro se intensificó con dramatismo espacial debido a que mi faz estaba tan roja como la superficie de Marte, pues me fui de cara al piso al aterrizar en ese cuarto tan feo.

Mi gesto de asombro aumentó todavía más cuando alcancé a ver en la esquina de esa estancia que era un alienígena el que estaba tocando el saxofón. La pregunta que se me ocurrió hacerle al músico era obvia: “¿Y tú qué haces en mi fantasía para celebrar los diez años del inicio del mecanicodelamor.com?” Y el alienígena me respondió: “Lógico, estoy aquí para darte una sorpresa interpretando para ti el cumpleaños feliz con el saxofón, algo que te gusta mucho y que sabemos los lectores intergalácticos de tu blog”.

La vida esta llena de situaciones bochornosas, incomodidades, abducciones, despidos, empachos, resacas, abismos, caídas súbitas por galerías polvorientas ocultas en pirámides marcianas, pero este encuentro lo compensó todo y lo más fascinante es que sucedió en una de mis fantasías. Una vez que asimilé la sorpresa, solo pude expresarle al alienígena una inquietud inevitable: “¿Hay ligues en otros planetas?”. “Sí, ocurren”, me dijo con una serenidad que hasta el maestro Yoda envidiaría, respuesta con la que uno de los grandes enigmas del universo fue resuelto: ¡hay ligues en otros planetas! 

El alienígena, al ver que mi faz mostraba unos dientes contentos que emergían de la gruesa capa de polvo marciano, matizó lo que acababa de decir. “Los extraterrestres ligan como desaforados, pero son inconformes, encuentran a una criatura aceptable y al rato piensan “por seguro hay alguien mejor para mí en otro rincón de la galaxia”, entonces toman su nave y ¡brooom!, van en busca de la siguiente aventura”. Ahora, detrás de la gruesa capa de polvo marciano que cubría mi magullada cara emergieron unos ojos desorbitados que significaban que un enigma más del universo había sido resuelto: ¡hay infidelidad en otros planetas! Estas dudas iban aparejadas de una final…

¿Hay amores platónicos en otros planetas?

Cuando le disparé esta pregunta al alienígena se sacudió como si lo hubiera hecho con una pistola de rayos láser. Los ojos desorbitados y los dientes contentos desaparecieron de mi faz de polvo marciano. Silencio espacial. “Existían amores imposibles, pero el siniestro Imperio Galáctico los prohibió”.  Mis ojos desorbitados ahora volvieron acompañados de una expresión boquiabierta que parecía sacada de una película de horror espacial. “!¿Hay ligues e infidelidad, pero no amores platónicos?!” alcancé a reclamar mientras escondía mi polvoriento rostro con frustración en el poncho de alpaca como un mecánico-astronauta que acaba de hacer un viaje larguísimo con su imaginación para que le vengan a decir semejante chorrada.

“Siendo un excelente lector del mecanicodelamor.com entiendo perfectamente tu fascinación con los amores que solo existen en tu cabeza y que no tienen futuro” añadió compasivo el alienígena, al tiempo que podía ver que su alargado cráneo se parecía a unos que había visto en uno de mis viajes en la región de Paracas en Perú, pero con pellejo, músculos faciales y todos los otros  detalles perturbadores que incluyen la cabeza de un extraterrestre vivo.

“Sucede que al siniestro Imperio Galáctico le pareció que en el espacio exterior ya había suficiente derroche de efectos especiales, atuendos estrambóticos, agujeros negros, bandas sonoras que te hacen sentir como un grano de arena en la inmensidad del cosmos, encuentros con criaturas desagradables con las que no quisieras compartir un baño sauna, y ahora los cada vez más populares agujeros de gusano, como si no hubieran suficientes en el planeta Tierra. Entonces complicar este panorama con amores platónicos no tenía sentido para ellos, por lo que fueron brutalmente prohibidos”, remató el alienígena.  

Y en ese mismo instante supe cuál sería mi siguiente misión, una que tal vez me tome otros diez años que serán documentados en mi blog elmecanicodelamor.com: iniciar una alianza rebelde integrada por promotores de los amores platónicos que, con la insistencia y la capacidad persuasiva de vendedores de productos para adelgazar, buscarán cumplir con su objetivo enfrentándose al siniestro Imperio Galáctico.

El viaje a Marte sirvió para algo.

¡Hasta muy pronto!

E.M.A.

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