El Hombre Anecdótico, el compañero que atenderá tus soledades (2).

E.M.A. Mecanico — Thu, 08 Mar 2018 04:20:17 +0000

¿Se animan a escuchar una de las historias acerca de El Hombre Anecdótico? Bueno, desde aquí no se puede escuchar con claridad si alguien de la selecta audiencia de El Mecánico del Amor dijo “¡Sí!” con los pulmones hinchados de emoción. Interpretaré este silencio como un pedido afirmativo. Acto seguido procedo a abrir un cajón del cual emergen, con la agitación de una bandada de pichones, casos en los que El Hombre Anecdótico utilizó sus poderes asociativos y memoria atlética.

El Hombre Anecdótico también tiene poderosas capacidades declamatorias. Si está pasado de tragos, puede recitar a gran velocidad las capitales de los países del mundo que empiezan con K, sin que se le mueva un pelo de esa cabellera crispada que emula la del promotor de boxeo Don King. El nombre de las monedas del mundo tampoco es un problema para este mago que saca de su mente informaciones impresionantes que nadie en la sala ha pedido. Para obrar estos milagros, basta que voltee esos ojos eléctricos suyos, que se ponen en blanco, tal adolescente poseída, al tiempo que su lengua convulsiona lanzando datos, fechas y eventos olvidados por todos.

¿Qué si El Hombre Anecdótico sabe bailar? Pero claro que sí. En una fiesta te dirá “Así van los pies en el Chachachá”, te mostrará como se agita la cabeza en una noche de carnaval en el sambodromo de Rio de Janerio, y presto llamará a su pana El Hombre de Cro-Magnon, querido colaborador de este fascinante blog, para juntos bailar, hombro a hombro, la danza de la lluvia tal y como se la practicaba allá por el año de gracia de 35,000 AD.

¿Qué si El Hombre Anecdótico tiene cualidades para la defensa personal? Fíjese querida lectora de este blog que este ser, entrenado en las más ásperas estepas de la Wikipedia, puede descargar ante el más feroz atacante, tal si fueran dos espadas sincronizadas, las fechas de independencia de toditos los países de la costa del Caribe y así dejar aturdido, literalmente sentado en la vereda, al agresor en cuestión.

Solo en casos que ameriten, El Hombre Anecdótico recurrirá a armas letales del tipo de recitar, a capela, imitando la velocidad y el chirrido de la turbina del señor dentista, los éxitos de Ricardo Arjona en sus etapas musicales 1675-1982/2005-2010/2011-2014/2016-2049 (¡¡¡!!!) . Tal recurso puede provocar un profuso sangrado por oídos y nariz del agresor (no Ricardo Arjona, claro está), y el riesgo de que el oponente de El Hombre Anecdótico termine el enfrentamiento en la nueva ala de tumbas ejecutivas del campo santo de la Ciudad Primavera.

Y bueno, pronto tendrán más de este personaje que ya enaltece la galería de mis amigos.

Por siempre, mi abrazo.

E.M.A.