Todo depende lo que tú, estimad@ client@ de está mecánica, entiendas por “amor”. Si crees que el “amor” es sorprender a tu novia con una avalancha de rosas o prometerle que te quedarás con ella hasta la tumba, como lo hicieron los “Amantes de Sumpa”, es posible que tú entiendas ese sentimiento de una forma un chance espectacular y hasta demagógica –sólo recuerda lo mucho que prometen nuestros políticos y lo poco que cumplen-. [Leer más…] acerca de Consulta: “¿Qué tan lejos estamos dispuesto a llegar por el amor?”
Máxima 10. “Enfocarse es vital.”
Le sucede a algunos -más hombres que mujeres- que una vez conseguida la atención de la persona que les gusta se distraen y comienzan a buscar nuevas opciones. Como todo en la vida, las cuestiones del amor requieren constancia. Cabe citar aquí ese refrán popular que dice: “El que se fue de Quito perdió su banquito”.
Máxima 9. “Los detalles pequeños son los que cuentan.”
A veces creemos que hay que sorprender a la pareja con obsequios enormes. Un detalle pequeño, como un caramelo, puede hacer mucho. Una vez más: lo fundamental es cuán seguro estás de ti mism@.
Máxima 8. “El ‘mejor amig@’ es una ficción.”
A menudo hombres y mujeres usan la estrategia de acercarse a quien les gusta bajo la figura del “mejor amig@”. No es una regla universal, pero puede suceder que, incluso tras años, tu mejor amig@ te sorprenda cuando decida declararte su amor. Sin duda, hay gente que tiene complejo de Cyrano de Bergerac, no obstante, es preferible hablar claro y evitarse períodos de angustias, incertidumbres y, en ciertos casos, ser el testigo de cómo la persona que te atrae se va con alguien que sí fue más decidid@ que tú. Querido cliente de mi mecánica: por favor no traiciones la confianza de tu amig@; no uses la amistad como una máscara; no agonices en silencio frente a esa persona con la que quisieras estar.
Máxima 7. “Dejemos el pasado en paz.”
Todos acarreamos un pasado afectivo que nos queda de lo que tuvimos con otras parejas y, con frecuencia, los buenos o malos ejemplos que observamos de la relación de nuestros padres. Hay que aprender a tomar del pasado lo útil, lo constructivo, y poner aun lado la paja, el ruido. Cuando rastros de relaciones pasadas tienden a regresar a una relación del presente se está abonando el terreno para que crezcan odios y obsesiones. Nada es peor que pelear contra recuerdos, suposiciones y fantasmas. Hay un refrán que dice: “lo que no es tu año no te hace daño”.