Hace muy poco en una de las cortas visitas que le hago al Mecánico del Amor conversábamos sobre la posibilidad de que una relación se base sólo en la pasión física.
Amores interculturales: David Bowie y China Girl
Apreciados clientes de esta mecánica,
Tengo un amigo que partió hace un tiempo a lejanas tierras orientales en busca de mejores oportunidades. Fue a dar a Shangai, la ciudad que ahora produce millonarios a escala industrial y está sembrada de rascacielos de cuyas terrazas se avienta en paracaídas Tom Cruise cuando está aburrido. Allí mi amigo conoció a una lugareña…
[Leer más…] acerca de Amores interculturales: David Bowie y China Girl
¡Por favor cambia porque todo se transforma!
Selecta clientela de esta mecánica virtual,
Las reacciones a mi último post, Máxima 46: ¿Tú le dices a tu pareja “no cambies nunca”?, han sido variadas: a algunas personas les causó una aprobadora risa aquello de que sino cambiamos terminaremos como momias; a El Hombre Impermeable eso de acabar con el cutis apergaminado le pareció excelente pues le “vale un pito” el cuidado de su piel; en tanto que hubo otros a los que les molestó que se los compare con restos arqueológicos del antiguo Egipto; a este último grupo quiero decirle que… [Leer más…] acerca de ¡Por favor cambia porque todo se transforma!
Máxima 46: ¿Tú le dices a tu pareja “no cambies nunca”?
A veces para manifestar admiración y afecto hay quienes reparten la frase “no cambies nunca”. Hubo un momento de mi vida cuando me parecía una expresión genial porque reflejaba un anhelo de preservar los buenos ratos con los amigos, de que algo precioso se mantuviera intacto. No obstante…
[Leer más…] acerca de Máxima 46: ¿Tú le dices a tu pareja “no cambies nunca”?
¡Cambien el disco! (7)
Visitantes todos de este desvencijado zaguán en línea,
Eso de elaborar un listado de las canciones que ya hemos escuchado un millón de veces (o tenemos esa sensación) y merecen ser retiradas de circulación ha sido una tarea dura, ya que durante este tiempo me he encontrado más de una vez con los coléricos miembros de la Iglesia de Ricardo Arjona, la Secta de José José y el Templo de José Luis Perales, a quienes no les simpatizaron mis comentarios sobre sus ídolos. Sólo puedo decir dos cosas al respecto: a) ¡qué le voy a hacer! b) tengo un par de antiácidos en mente que les puedo recomendar porque de seguro el enojo les produce ardores en la barriguita (Los lectores más tolerantes pueden revisar las entregas anteriores de esta serie haciendo clic en estos simpáticos numeritos: 1, 2, 3, 4, 5, 6).